Cilindro portamantilla

En una prensa de litografía offset, el cilindro que lleva la mantilla.
Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
Aviso: Este glosario está en una actualización interna importante. Durante algún tiempo algunos enlaces podrían no funcionar adecuadamente. Gracias por la paciencia.
Gustavo Sánchez Muñoz (Gusgsm), 2025
En una prensa de litografía offset, el cilindro que lleva la mantilla.
Cada uno de los puntos que componen una trama de semitono. Si se trata de una trama PostScript o similar, de amplitud modulada (AM), el punto de semitono se compone de varios puntos de impresión (para producir 256 diferencias de tono se necesitan teóricamente 256 puntos de impresión por punto de semitono).
En tramas avanzadas, los puntos de semitono se agrupan en las llamadas "superceldas" para superar limitaciones intrínsecas de realización.
En composición tipográfica, justificar el texto por la izquierda dejando fuera (descontándo) las comillas (y otros elementos) para alinear sólo los textos propiamente dichos.
Se considera tipográficamente más elegante que dejar esos elementos sin descontar.
Material de impresión y embalaje similar al papel en su composición que se caracteriza por ser muy grueso y denso. Se suele fabricar con varias capas y en distintos acabados dependiendo de su uso final.
Aunque los criterios para distinguir entre cartulina y cartón son variables, se suele hablar de cartón cuando el material, además de ser multicapa tiene un espesor superior a 0,15 mm y un gramaje por encima de los 150 g/m2, usualmente en torno a los 225 g/m2. Otra de las diferencias es que el cartón se usa especialmente para embalajes.
Existen muchos tipos de cartón: Corrugado u ondulado, pluma, piedra, etc.
La parte de la memoria visual humana destinada a recordar los estímulos de color o, dicho de otro modo, nuestra capacidad de recordar las sensaciones de color para reconocerlas cuando volvemos a percibirlas.
La memoria del color del ser humano es más bien pobre. De hecho, parece que siempre existe una alteración entre el color real cuando se percibe y la sensación de color que se recuerda como percibida; es decir: No recordamos los colores tal y como los vemos.
Obviamente, los fenómenos de la percepción afectan directamente a la forma en la que recordamos lo que percibimos. Tampoco hay que confundir nuestra capacidad de recordar colores concretos con la de distinguir entre colores distintos de forma simultánea —que es bastante buena— o de forma discontinua; es decir, en momentos o espacios distinto, no a la vez y bajo la misma iluminación —que es bastante peor—.
Los estudios indican que parece haber alteraciones sistemáticas y constantes en la luminosidad e intensidad del color percibido, pero que esto se produce mucho menos en el recuerdo del tono.
Algunos teóricos han propuesto que la memoria tiende a exagerar los valores recordados, llevando a recordar colores más vivos y brillantes —¿evitando así valores medios quizás más difíciles de recordar?—. Además, parece que, como en otras cosas, tendemos a reducir los recuerdos de color en torno a un conjunto de modelos prototípicos, asociables a formas y objetos concretos.
La memoria del color parece realizarse por zonas de colores, en torno a la decena, que nos sirven para centrar nuestros recuerdos cromáticos, por lo que tendemos hacia ellos al intentar recordar.
Es obvio que la precisión de nuestros recuerdos de color no desempeñó un papel importante en nuestra supervivencia como especie y que, una vez más, ha sido mucho más útil para la supervivencia la reducción del mundo real a un conjunto no evidente de modelos que el cerebro consigue manejar.
Tendemos a asociar el color con su expresión verbal. Los colores que no tienen una expresión clara en nuestro idioma, tienden a reajustarse a los más fácilmente descriptibles. Si un color está asociado con una forma natural, es fácil que el recuerdo se traslade al que tiene usualmente la forma asociada. El recuerdo de un color difícilmente encajable con estos estereotipos decae más fácilmente que aquellos que sí se adaptan. El recuerdo tiende a los colores modelo más cercanos. Ese es especialmente el caso en sensaciones de color que no agradan al observador.
No hay que confundir la memoria del color con el papel que desempeña el color en la memorización de objetos, formas y personas. Esa es otra función: la del color en la memorización.