Retramar
Usar como original para impresión un material gráfico que ya ha sido impreso con una trama de semitonos. Es decir, que un material que ya se ha tramado vuelve a ser tramado, produciéndose casi siempre un problema de muaré.
Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
Aviso: Este glosario está en una actualización interna importante. Durante algún tiempo algunos enlaces podrían no funcionar adecuadamente. Gracias por la paciencia.
Gustavo Sánchez Muñoz (Gusgsm), 2025
Usar como original para impresión un material gráfico que ya ha sido impreso con una trama de semitonos. Es decir, que un material que ya se ha tramado vuelve a ser tramado, produciéndose casi siempre un problema de muaré.
En diseño gráfico y multimedia, procedimiento de formateado del contenido mediante etiquetas o marcas cuyas características se describen en una zona aparte. El contenido y su aspecto se tratan por separado.
Así, por ejemplo, se puede etiquetar un texto como "texto base", con algunas palabras etiquetadas como "destacado" y luego asignar unas características tipográficas a ambas etiquetas (cuerpo, fuente, color, etc.). Esto evita tener que ir cambiando cada palabra o frase según la queramos con un aspecto u otro.
El uso de hojas de estilo facilita el formateo de elementos (es mucho más sencillo poner una etiqueta y luego asignarle propiedades que formatear mil y un elementos). Ayuda a la coherencia formal (es más difícil que haya pequeñas diferencias si cada clase de elementos se ha definido en un sólo sitio). Ayuda a la jerarquización formal (al crearlas se deben tomar unas decisiones generales que el formateo punto por punto no facilita) y da mucha mayor flexibilidad al cambio de aspecto (basta con cambiar un formato en la hoja de estilo en un único sitio).
En los casos más avanzados, las hojas de estilo se pueden incrustar unas dentro de otra (es decir, van en cascada o empotradas). La aplicación depende de si el elemento formateado pertenece ya a una clase definida como nivel superior (este es el caso de las hojas de estilo CSS).
Además, en algunos casos, las hojas de estilo pueden estar definidas como archivos aparte, a los que se llama o referencia desde los documentos que se quiere formatear. Eso simplifica el formateado masivo (de miles y miles de documentos si llega el caso).
Se usan mucho en programas en los que hay muchos elementos del mismo tipo y sistema de jerarquización. El ejemplo son los programas de maquetación en diseño gráfico y las hojas de estilo en cascada de las especificaciones CSS para lenguaje de hipertexto (como html o xhtml).
En colorimetría, la temperatura de color es una forma simplificada de medir la tonalidad dominante de una fuente de luz que se percibe como blanca. La temperatura de color es un número que se expresa en Kelvin —una escala para medir la temperatura de uso corriente en los ámbitos científicos—.
Del mismo modo que un metal calentado se vuelve de color rojo, números de temperatura de color relativamente bajos indican luces rojizas, mientras que números más altos expresan iluminaciones con un tono blanco azulado. Así, una bombilla incandescente tradicional puede tener una temperatura de color de unos 3.000 K, mientras que las luces azuladas apropiadas para algunos acuarios pueden fácilmente tener unos 10.000 K.
Los números de la temperatura de color indican la temperatura en Kelvin que debe alcanzar lo que se conoce como un cuerpo negro para emitir una radiación luminosa que coincida con esa cifra. Eso quiere decir, por ejemplo, que ese cuerpo calentado a una temperatura de 6.500 K emitirá una luz de una tonalidad blanco-azulada similar a la iluminación del sol a mediodía en el hemisferio norte. Por eso, decimos que ese tono de blanco azulado tiene una temperatura de color de 6.500 K.
Por extensión, en fotografía analógica, la temperatura de color indica la tonalidad —más cálida o más fría— de la luz blanca ideal que se debe usar para tomar una fotografía con una película.
Así, una película pensada para fotografías de interior tiene una temperatura de color de 3.200 K, porque esa es la temperatura media de una iluminación en interior con bombillas tradicionales. Si se usa así, las escenas aparecerán correctamente iluminadas, pero si se usan en exteriores, las escenas parecerán muy azuladas. Por el contrario, si se fotografía una escena de interior con una película de exteriores, las fotografías aparecerán amarillentas.
En fotografía digital, se usa el llamado ajuste o equilibrio de blancos para determinar cuál es la temperatura de color de la escena y ajustar la sensibilidad de los sensores adecuadamente. Si no se hace, es fácil que ocurra lo mismo que describíamos más arriba.
A pesar de su apariencia, describir fuentes de luz con una temperatura de color es un procedimiento no demasiado preciso, ya que varias fuentes con una misma temperatura de color pueden tener una distribución espectral muy distinta y por tanto tener efectos distintos sobre lo que iluminan. Eso es especialmente cierto en el caso de tubos fluorescentes o LED, que tienen una composición espectral distinta a las lámparas incandescentes.
Por eso, actualmente en la descripción de fuentes de iluminación también se usa el llamado índice de reproducción cromática (CRI) y no sólo la temperatura de color.
En tipografía, cualquier fuente que carece de serifas o patines.
Como sinónimo, también se usa el anglicismo sans. Ejemplos de fuentes sans son Helvetica, Univers o Folio.
El número de veces que se produce un fenómeno repetitivo por una unidad de tiempo.
Al hablar de movimientos ondulatorios (como la propagación de la luz), su frecuencia es el número de ciclos de onda que se producen por segundo. Su unidad de medida es el hercio (1 hercio = 1 ciclo por segundo).
Como la velocidad de la luz es constante siempre que no se produzca un cambio de medio por el que viaja, la frecuencia de la luz depende de su longitud de onda: Longitudes de onda mayores tardan más ejecutar un sólo ciclo, por lo que su frecuencia es menor; es decir, la frecuencia es inversamente proporcional a la longitud de onda; cuanto mayor es la longitud, más baja es la frecuencia.
la frecuencia de cualquier emisión luminosa es la velocidad de la luz dividida por la longitud de onda. El valor se suele proporcionar en Terahercios y se expresa en ecuaciones con la letra griega ν (que se llama: "nu").