Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
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Pequeña lupa que se usa en artes gráficas para examinar el detalle más fino de los originales, los impresos, los fotolitos y similares. Hay cuentahilos de muchos tipos, pero el más clásico se compone de tres piezas planas de metal que se pliegan entre si.
Acabado que en imprenta se da a los impresos para protegerlos y armarlos, cubriendolos de una capa transparente. La capa protectora es una película plástica que se aplica sobre la superficie, a la que se pega —usualmente por aplicación de calor—. Este tipo de laminado protege mucho más que un barniz, sea del tipo que sea.
En buena ley, cuando se habla de laminado se suele estar haciendo referencia al plastificado y no al barnizado, que son técnicas distintas. De hecho, la aplicación de ambas técnicas a un mismo trabajo no es contradictoria; en tapas de libros y memorias de empresa, por ejemplo, las máscaras de barniz brillante se suelen aplicar sobre glasofonados mate.
Los plastificados pueden ser de diversos materiales plásticos —como el polipropileno—, distintos acabados —mate, satinado o brillante— y texturas —rugosa, simulando tejidos, etc.—. Se suelen aplicar sobre papeles o cartulinas no porosas ni rugosas, ya que estos acabados suelen producir defectos en forma de pequeñas burbujas y, además, su uso no tiene sentido al ir en contra de la finalidad última del laminado. No se pueden aplicar sobre papeles de poco gramaje —menor a 100 g/m2 aproximadamente—.
También se llama plastificado, peliculado o glasofonado —en el fondo, denominaciones distintas para una misma técnica—. Sin embargo, hay personas y empresas que hacen distinciones, por lo que siempre conviene concretar las especificaciones en los trabajos en los que se use.
En artes gráficas, prueba que se hace de un trabajo imprimiendolo en una impresora láser. Este tipo de pruebas, que puede ser en color o blanco y negro, sirve para hacer una comprobación general de contenido y diseño en las primeras etapas del trabajo, pero no se debe usar nunca como prueba de color (ya que las impresoras láser carecen de las calidades y características necesarias para ello).
En ese sentido, las pruebas láser sustituyen a las antiguas pruebas de texto y son el último paso antes de las pruebas de color (en aquellos trabajos que las necesiten, lo que no siempre es el caso).
Independientemente de cómo esté aplicada la gestión del color en cada uno de estos programas (que es de forma muy desigual), el módulo de gestión del color es el mismo en todos ellos (a igual tiempo de versión, evidentemente); es decir, que aunque Photoshop tenga una gestión del color mucho mejor y más flexible que Acrobat, por ejemplo, el motor de color es el mismo en ambos.