Iluminante estándar CIE
Cualquier iluminante de una de las cinco series (A, B, C, D y F) más el especial E de los propuestos por la CIE como fuentes de luz ideales para estandarizar y facilitar las mediciones del color y la iluminación.
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Cualquier iluminante de una de las cinco series (A, B, C, D y F) más el especial E de los propuestos por la CIE como fuentes de luz ideales para estandarizar y facilitar las mediciones del color y la iluminación.
Uno de los iluminantes estándares propuestos por la CIE dentro de la serie D de iluminantes (aquellos que describen situaciones de iluminación al mediodía en distintas latitudes del mundo). El iluminante D50 describe las condiciones medias de iluminación en un mediodía en Europa Occidental.
Como tal descripción, D50 es simplemente una tabla concreta de distribución relativa de energía electromagnética por cada franja de 10 en 10 nanómetros entre los 300 y los 830 nanómetros.
Su temperatura de color media es de 5.000 Kelvin. Cualquier fuente luminosa cuya curva de distribución espectral se corresponda suficientemente con los datos de D50 se denomina una fuente D50, y la luz que emite se homologa como D50.
Se usa en los estándares ISO para la iluminación en artes gráficas. Por eso es el iluminante recomendado y de referencia de la mayoría de los trabajos de ese sector, y de las condiciones normalizadas de iluminación que se usan en ella (como cajas de luz o luminarias para ver pruebas en general).
Uno de los iluminantes estándares propuestos por la CIE dentro de la serie D de iluminantes (aquellos que describen situaciones de iluminación al mediodía en distintas latitudes del mundo). El iluminante D65 describe las condiciones medias de iluminación en un mediodía en Europa Occidental.
Como tal descripción, D65 es simplemente una tabla concreta de distribución de energía electromagnética por cada franja de 10 en 10 nanómetros entre los 300 y los 830 nanómetros.
Su temperatura de color media es de 6.504 Kelvin. Cualquier fuente luminosa cuya curva de distribución espectral se corresponda suficientemente con los datos de D65 se denomina una fuente D65, y la luz que emite se homologa como D65.
Aunque es algo más que eso, también se describe a veces de forma simple con expresiones como "luz de día" o "6.500 K". Es un iluminante muy utilizado y recomendado en fotografía como iluminación de referencia.
Coeficiente de 0 a 100 establecido por la CIE para describir la fidelidad con la que una fuente de luz es similar a un iluminante estándar de acuerdo a la curva de distribución espectral de éste, a mayor coeficiente, mayor fidelidad. Dicho en lenguaje común: Nota con la que se evalua la calidad de una luz. A mayor puntuación, más calidad.
El CRI hace siempre referencia a un iluminante CIE por su temperatura de color. En las lámparas o tubos fluorescentes comerciales, la temperatura de color y el CRI correspondiente se suelen mencionar en la denominación del producto mediante un número de tres cifras, en el que la primera es el CRI redondeado y las otras dos, el comienzo de la temperatura de color; así, por ejemplo, un tubo fluorescente llamado "Master TL-D 90 De Luxe 36W/940", tiene 36W de potencia, un CRI de 90 (de hecho: 91) y una temperatura de color de 4.000 K (blanco cálido). Un producto similar numerado 950 tendrá un CRI de 90 o superior y una temperatura de color de 5.000 K.
Los tubos flurorescentes de calidad baja pueden tener un CRI de 60 o 50. Aunque el CRI ideal es de 100, un valor superior a 90 se suele considerar suficiente para trabajos en artes gráficas (de hecho así se especifica en la norma ISO 3664, el estándar internacional para la iluminación en artes gráficas y fotografía).
El CRI se calcula evaluando la diferencia colorimétrica que se obtiene al iluminar varios colores CIE concretos y los valores de referencia de esos mismos colores bajo un iluminante concreto. A mayor diferencia, menor CRI —menor calidad de la fuente de iluminación—. Los valores de color originales son catorce colores descritos en las primeras ediciones del Atlas de color de Munsell. En versiones posteriores del cálculo del CRI —que están en discusión—, los colores de referencia son diez tonos.
La precisión del CRI tiene algunos problemas y por eso, algunos expertos proponen el uso de índices de evaluación alternativos.
Energía electromagnética cuya longitudes de onda se situan por encima de los 700 nanómetros (el límite superior que el ojo humano puede percibir como "luz") y por debajo de las longitudes de onda que sirven como señales de radio (a partir de 1 mm, es decir, unos 1.000.000 nm).
Como ese margen es muy amplio, el infrarrojo se suele dividir en bajo medio y alto, aunque hay otras divisiones.
Los seres vivos suelen emitir (más bien rebotar) energía infrarroja en las zonas intermedias del infrarrojo y muchos objetos del mundo son perceptibles con sensores de infrarrojo porque emiten (o reflejan) distintas cantidades de energía con esas longitudes de onda.
Eso ha permitido el desarrollo de sistemas de "visión nocturna", por ejemplo, por los que es posible ver de noche sin necesidad de emitir luz normal, además de otros usos (básicamente militares y científicos). El uso de la película infrarroja para fines artísticos es interesante pero más bien limitado.
Capacidad de algunas superficies de producir sensaciones de color distintas según el ángulo del observador con respecto a ellas. El efecto que producen es el de tener bandas de distintos colores, similares al arcoiris. Usualmente, esas bandas se superponen a una sensación de color predominante; por ejemplo: Una superficie azulada con bandas iridiscentes.
Una de las propiedades usuales de una superficie iridiscente es que, cuando se desplaza la superficie, los arcoiris superpuestos se alteran a una velocidad distinta —deoendiendo del ángulo de observación— y, a veces, se deforman.
La iridiscencia se debe usualmente a la presencia de una rejilla de difracción o al fenómeno llamado de "interferencia en láminas delgadas". Ambas pueden y suelen ser naturales —como en el caso de las alas de mariposa, las burbujas o las manchas de grasa sobre el agua.
Al hablar de movimiento de ondas sinusoidales (similares a las olas del mar), la distancia entre la cresta de una onda y otra. En el vacio, la longitud de onda de una radiación electromagnética (como la luz) es invariable. En las ecuaciones, el valor de longitud de onda se representa siempre con la letra griega λ (lambda).
La percepción visual y del color se relacionan directamente con la longitud de onda de las radiaciones electromagnéticas. La luz no es otra cosa que el conjunto de radiaciones cuya longitud de onda se sitúa entre 400 y 700 nanómetros. Así, por ejemplo, la luz que percibimos como "rojo" es la que tiene una longitud de onda predominante de unos 700 nanómetros; es decir: Entre cada cresta de las ondas hay unos 700 nanómetros.
La luminancia es la cantidad de luz que pasa o se refleja por una zona concreta en una dirección dada. Se mide en candelas por metro cuadrado.
Se diferencia de la iluminancia en que esta segunda es la cantidad de luz que llega a una superficie (y se mide en luxes).
A si, dos papeles de distinto color (blanco y negro) pueden tener la misma iluminancia (les llega la misma cantidad de luz pero tienen una luminancia muy distinta (el blanco deja pasar o rebota mucha más luz que el negro).
Al hablar de los dispositivos de reproducción de imagenes, como pantallas o monitores, es usual referirse a la luminancia mínima y máxima que son capaces de alcanzar (en cd/m2).
Unidad fotométrica de medida de la iluminancia equivalente a 1 lumen por metro cuadrado (lm/m2). Su abreviatura es lx.
Aquella parte del espectro electromágnetico, hablando en cuanto a longitudes de onda, a la que es sensible el ojo humano medio. Las emisiones electromágnéticas con una longitud de onda más reducida (del ultravioleta hacia abajo) o más amplia (del infrarrojo hacia arriba) no se consideran "luz". Esa zona se situa aproximadamente entre los 400 y 700 nanómetros de longitud de onda.
De este modo, la luz, como el color, se define desde un punto de vista antropocéntrico por el efecto que produce en los seres humanos, aunque sea un fenómeno perfectamente medible y cuantificable (a diferencia del color).
En la naturaleza, las emisiones electromágnéticas a las que llamamos "luz" no se componen necesariamente de emisiones de una sóla longitud de onda, sino que se suelen componer de muchas emisiones de distintas longitudes a la vez.