Términos al azar
Justificacion vertical
En tipografía, repartir verticalmente las líneas de un texto para que ocupen el espacio asignado de forma promediada, abriendo la interlínea lo necesario.

En los programas modernos de diseño gráfico como Adobe InDesign, esta opción incluye la posibilidad de afinar el reparto abriendo los espacios entre párrafos con un valor máximo predeterminado antes de comenzar a alterar la interlínea de dichos párrafos. De esta forma se consigue alinear las cabezas y pies de las columnas sin que se note demasiado la alteración de espacio vertical entre líneas.
Carrete
En fotografía analógica, pequeño contenedor de metal o plástico que protege la película sin revelar de la luz y los agentes externos.

Suele tener una pequeña abertura lateral que permite a la película salir para su exposición y volver a entrar a la espera del revelado. Además tiene piezas móviles y uno o más ejes en torno a los cuales se enrolla la película. El carrete más usual es de 35 mm —por el ancho de la película—, también llamado "paso universal".
Inédito
Al hablar de textos escritos que implican creación (novelas, cuentos, ensayos), aquel que aun no ha sido publicado (ni en papel ni en Internet ni en otro medio).
Autoedición
En español bajo este término se entienden dos conceptos históricamente muy distintos:
Concepto según el cual un usuario puede realizar por si mismo en su ordenador personal todas las tareas del proceso creativo impreso, desde la escritura del original a su encuadernación, pasando por la composición, maquetación, impresión y encuadernación. Aunque obviamente se refiere a documentos de distribución reducida, la autoedición fue un gran salto cualitativo ya que permitió prescindir de una serie de empresas y profesionales que hasta entonces eran imprescindibles si se quería obtener un resultado similar.
Un ordenador Apple Macintosh y una impresora Laserwriter. El concepto de autoedición nació hacia 1985 con la aparición del programa PageMaker de la empresa Aldus acompañado del lenguaje de descripción de página PostScript, de Adobe, y de los ordenadores personales Macintosh de la empresa Apple que, con sus impresoras láser Apple Laserwriter, formaban un conjunto de maquinaria y programación capaces de llevar a cabo la tarea.
La progresiva propagación de equipos y programas más avanzados y potentes cambiaron poco a poco el modelo productivo de artes gráficas en pocos años. Los ordenadores y programas de autoedición sustituyeron en las empresas de artes gráficas a soluciones profesionales anteriores menos flexibles y, sobre todo, con menor relación inversión/productividad. Esa sustitución no bastó para salvar el sector de preimpresión dedicado a esas tareas, que en buena parte desapareció al volverse innecesario o quedar relegado a trabajos de calidad de alto valor añadido, que no bastaron para sostenerlas económicamente.
El éxito de la autoedición dentro de los ámbitos profesionales del diseño y las artes gráficas terminó con el uso del término autoedición del mismo modo que nadie habla de automóviles con motor de combustión interna: Todos son de combustión interna y todos los programas son de autoedición.
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La idea de autopublicación, de que un autor puede prescindir de una empresa editorial y realizar el proceso de publicación de su obra escrita por si mismo —incluyendo el proceso de autoedición descrito más arriba—.
Este concepto es muy antiguo: Los autores que no encontraban una editorial seria que afrontase el riesgo de editarlos, por el motivo que fuese, realizaban la tarea por si mismos: Contactaban con una imprenta, supervisaban la composición y corrección de los textos y pagaban directamente el coste de todas las tareas.
La moderna autopublicación va un paso más allá gracias a los avances tecnológicos y a los cambios sociales aparejados. Los antiguos canales de publicación se sustituyen por redes sociales electrónicas y tiendas virtuales. Las obras se pueden imprimir a demanda o distribuirse sólo en forma de libros digitales. La cadena de distribución se reduce y los materiales involucrados son menos y más baratos. Los costes e ingresos de venta por unidad se reducen. Esta reducción vuelve a representar la necesaria desaparición de profesiones y empresas involucradas hasta entonces.