Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
Aviso: Este glosario está en una actualización interna importante. Durante algún tiempo algunos enlaces podrían no funcionar adecuadamente. Gracias por la paciencia.
Al hablar de productos fabricados en masa, un objeto que se ha envuelto en una película plástica sellada. La película suele ser muy fina. No es necesario que vaya al vacío (de hecho no suele estarlo). Se usa mucho en producción de impresos para proteger revistas o libros. También para facilitar la entrega de paquetes con varios objetos (una revista, un encarte, una promoción publicitaria…).
Un paquete de publicaciones retractiladas.
También se llama así al hecho de haber protegido algo con retractilación.
Hay dos formas principales de retractilado: simple (polywrapping o polybagging) y por calor (shrink wrapping).
En tipografía, componer los textos centrando horizontalmente todas las líneas unas con respecto a otras, dejando distancias desiguales (sin unificar) por ambos lados.
En composición, al ser texto sin justificar, se llama "bandera" (como la de entrada o la de salida). Es de lectura difícil (más incluso que la bandera de entrada) y sólo se debe usar para textos cortos.
En artes gráficas en España, de forma coloquial, el modelo de un diseñoimpreso, las más de las veces con textos e imágenes falsas. El monstruo sirve como pauta a seguir por los diseñadores que han desarrollar ese diseño y debe ofrecer las soluciones tipo necesarias para ello.
Un buen monstruo final debería ir acompañado de un libro de estilo gráfico donde se explican las normas de uso de sus elementos, lo que se debe y lo que no se debe hacer.
Un monstruo puede estar más o menos completo, ser simplemente hojas sueltas montadas en cartón pluma o haber sido impreso como si fuera un diseño real.
Regla de proporcionalidad que establece la proporción de los lados de un rectángulo haciendo que el lado más largo sea la suma del lado más largo y el mas corto.
Esa regla establece que el aumento o disminución de cualquier otro rectángulo se establezca manteniendo esa proporción hacia arriba o hacia abajo: El lado corto del siguiente rectángulo hacia arriba medirá lo que medía el largo del anterior, mientras que el nuevo lado largo será la suma de los lados corto y largo del rectángulo anterior.
Así, por ejemplo, como un cuadrado tiene lados 1×1, el siguiente cuadrado en la proporción deberá tener 1×2, mientras que el siguiente tendrá 2×5, el siguiente rectángulo deberá tener la proporción 5×8 y así hasta el infinito.
Esta proporción subyace en muchos elementos de la naturaleza y tradicionalmente se le han atribuido propiedades divinas o místicas.
En diseño, su ventaja viene de que permite crear módulos proporcionales de forma muy sencilla y sin necesidad de cálculos, ya que se puede hacer con un simple cordel para crear un cuadrado básico que vaya aumentando al trazar un cuarto de círculo desde la esquina de cada lado más largo para obtener un nuevo lado más largo.
La relación entre ambos lados se establece a través de un número irracional llamado Phi (φ), que (muy redondeado) es 1,6180. Esa cifra se considera el número áureo.
A esta proporción también se la llama "sección áurea", o "Número áureo".
Inglés:Proofreader, Proof reader • Francés:Correcteur, Corrigeur • Italiano:Correttore di bozze
En artes gráficas y periodismo, persona encargada de corregir los textos. Hay correctores de pruebas y correctores de estilo.
Los correctores, 'a secas' o de pruebas leen los textos preparados para su impresión en busca de erratas, faltas de ortografía y similares, o errores en la transcripción y volcado de los originales para corregirlos.
Los correctores de estilo, además de hacer lo anterior, corrigen faltas de estilo en la redacción como las faltas de concordancia, las expresiones incorrectas o mal utilizadas, los barbarismos, la falta de coordinación en los tiempos verbales y problemas similares. Obviamente, los correctores de estilo necesitan mucha mayor preparación que los simples correctores y deben trabajar en plena armonía con el autor al que corrigen, de cuya confianza deben gozar.
Por extensión, en programas de proceso de texto, el corrector o autocorrector es la posibilidad de efectuar una corrección ortógrafica siguiendo unas pautas internas que el programa tiene.
Hay quien cree que los correctores 'automáticos' pueden sustituir a los correctores profesionales, con el consiguiente ahorro de costes. La lectura de un documento al que se aplicado un autocorrector demuestra que aún no es así.