Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
Aviso: Este glosario está en una actualización interna importante. Durante algún tiempo algunos enlaces podrían no funcionar adecuadamente. Gracias por la paciencia.
El proceso de hacer que algo se ajuste a una norma o comportamiento concretos. Con ello se consigue que los aparatos se comporten de una forma esperada (conocida) y optimizar los procesos. La normalización consigue importantes ahorros en tiempo y dinero al evitar los fallos debidos a comportamientos o respuestas inesperadas o fuera de rango. En este sentido, es un concepto imprescindible en la estandarización.
En aparatos concretos, la normalización es eliminar las desviaciones de comportamiento, o respuesta para poder calibrarlos y perfilarlos. Por ello, la normalización es un paso previo a la creación de los perfiles de color de un aparato.
En cálculo o tratamiento de parámetros matemáticos, pasar los datos de una escala a otra distinta, igual para todos ellos; por ejemplo: Los valores de espacios de colorRGB se normalizan de "0" a "255" para que vayan de "0" a "1" y poder aplicarles determinados algoritmos; es decir: "255" pasa a "1" como valor máximo, "0" queda como "0" y "128" (el valor medio) se convierte en "0,5".
Inglés:Bookplate, Ex-libris • Francés:Ex-libris • Italiano:Ex libris • Alemán:Exlibris • Portugués:Ex libris • Catalán:Ex-libris
un exlibris polaco.
Logotipo o imagen y textos que se aplica a los libros (usualmente en la parte interior de la portada o guardas) para indicar que el ejemplar pertenece a una biblioteca concreta (de una persona o institución, ya que ex libris quiere decir en latín "de los libros de…"
Los ex libris suelen tener forma de sellos para aplicar como tampones de tinta sobre las páginas del libro o de etiquetas para aplicar (con pegamento o autoadhesivas), aunque esto último es menos usual.
En artes gráficas, líquidos que se usan para deshacer en su interior de forma homogénea otras sustancias y facilitar así su aplicación. Los disolventes (también llamados solventes o diluyentes) se suelen combinar con pigmentos, aglutinantes y otros componentes para formar tintas, pinturas, barnices y fluidos similares.
En español bajo este término se entienden dos conceptos históricamente muy distintos:
Concepto según el cual un usuario puede realizar por si mismo en su ordenador personal todas las tareas del proceso creativo impreso, desde la escritura del original a su encuadernación, pasando por la composición, maquetación, impresión y encuadernación. Aunque obviamente se refiere a documentos de distribución reducida, la autoedición fue un gran salto cualitativo ya que permitió prescindir de una serie de empresas y profesionales que hasta entonces eran imprescindibles si se quería obtener un resultado similar.
Un ordenador Apple Macintosh y una impresora Laserwriter.
El concepto de autoedición nació hacia 1985 con la aparición del programa PageMaker de la empresa Aldus acompañado del lenguaje de descripción de página PostScript, de Adobe, y de los ordenadores personales Macintosh de la empresa Apple que, con sus impresoras láser Apple Laserwriter, formaban un conjunto de maquinaria y programación capaces de llevar a cabo la tarea.
La progresiva propagación de equipos y programas más avanzados y potentes cambiaron poco a poco el modelo productivo de artes gráficas en pocos años. Los ordenadores y programas de autoedición sustituyeron en las empresas de artes gráficas a soluciones profesionales anteriores menos flexibles y, sobre todo, con menor relación inversión/productividad. Esa sustitución no bastó para salvar el sector de preimpresión dedicado a esas tareas, que en buena parte desapareció al volverse innecesario o quedar relegado a trabajos de calidad de alto valor añadido, que no bastaron para sostenerlas económicamente.
El éxito de la autoedición dentro de los ámbitos profesionales del diseño y las artes gráficas terminó con el uso del término autoedición del mismo modo que nadie habla de automóviles con motor de combustión interna: Todos son de combustión interna y todos los programas son de autoedición.
La idea de autopublicación, de que un autor puede prescindir de una empresa editorial y realizar el proceso de publicación de su obra escrita por si mismo —incluyendo el proceso de autoedición descrito más arriba—.
Este concepto es muy antiguo: Los autores que no encontraban una editorial seria que afrontase el riesgo de editarlos, por el motivo que fuese, realizaban la tarea por si mismos: Contactaban con una imprenta, supervisaban la composición y corrección de los textos y pagaban directamente el coste de todas las tareas.
La moderna autopublicación va un paso más allá gracias a los avances tecnológicos y a los cambios sociales aparejados. Los antiguos canales de publicación se sustituyen por redes sociales electrónicas y tiendas virtuales. Las obras se pueden imprimir a demanda o distribuirse sólo en forma de libros digitales. La cadena de distribución se reduce y los materiales involucrados son menos y más baratos. Los costes e ingresos de venta por unidad se reducen. Esta reducción vuelve a representar la necesaria desaparición de profesiones y empresas involucradas hasta entonces.