La capacidad en imágenes digitales formadas por píxeles —no vectoriales— de que el color de cada píxel pueda estar representado por un número o matriz de números más o menos grande —a mayor número, mayor profundidad.
La profundidad menor es la de las imágenes de línea, que sólo tienen un bit por píxel (0 o 1). A continuación están las imágenes de 8 bits, en las que cada canal tiene asignado un byte u octeto a sus datos de color o tono: Las de escala de grises y color indexado, tienen asignado un byte u octeto por cada píxel (256 variantes posibles), las imágenes de RGB tienen una matriz de tres octetos por cada píxel (una por cada canal de la imagen), las imágenes en CMYK hacen lo mismo pero con una matriz de cuatro octetos, una por canal. Cualquier canal extra que se añade, significa añadir un octeto más a la matriz de color del píxel.
Las imágenes de 16 bits siguen la misma lógica pero en vez de usar un byte u octeto por canal usan dos; es decir: 16 bits por canal. Son las de mayor profundidad de color