Un color específico que identifica a una empresa o producto comercial. Así, un banco puede tener un color determinado que usa para identificar su correspondencia, sus oficinas, sus anuncios, etc.
Las compañías suelen indicar sus colores corporativos usando distintos medios. La fórmula más precisa es el uso de valores Lab o mediante tintas comerciales estandarizadas, como las de Pantone, por ejemplo.
También se suelen definir valores alternativos con referencias muy imprecisas (CMYK sin perfil de color, por ejemplo). Esta es una práctica que no respeta en absoluto las sensaciones de color, pero que se considera válida siempre que se sigan las indicaciones del cliente.