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En fotografía analógica, nombre que se da al fenómeno por el que se hacían evidentes las partículas que componen el material fotosensible original —la película, sea negativa o positiva—. Su nombre proviene de que las partículas se aprecian como diminutos granos de distintos tonos y colores.
El grano va en proporción a la sensibilidad y a la falta de luz en la exposición de la película: Cuanto más sensible es ésta y menos luz ha recibido, mayor es el grano apreciable, y viceversa. Por eso se suele decir que una película de alta sensibilidad "tiene mucho grano" y una de baja sensibilidad "tiene poco grano" o es "de grano fino".
Aunque en propiedad el grano es un defecto o limitación intrínsecos al material fotosensible analógico, los fotógrafos aprendieron a convivir con él, transformándolo en un recurso artístico.
El ruido en condiciones de baja iluminación es lo más cercano al grano que existe en la fotografía digital.
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Al hablar de papel, cartulina, cartón, madera o cualquier otro material compuesto de fibras longitudinales, la dirección principal en la que se sitúan éstas.
Es un dato importante en la manipulación de este tipo de materiales porque se comportan mejor para plegados o hendidos en la dirección del grano pero son más resistentes a contragrano.
En el caso de la madera para xilografía o impresión tipográfica, es más fácil tallarla siguiendo el grano o veta de la madera.