Dispositivo que se usaba en pintura antes de la aparición de la fotografía —de la que es en parte antecedente—. Se basa en el efecto de la difracción de la luz al obligarla a pasar por un orificio estrecho y redondo. Eso hace que lo que haya enfrente se proyecte invertida en la pared opuesta de la caja. Cuando esa pared está formada por un cristal translúcido es posible calcar la imagen y trazarla para ayudarse en el dibujo.