En fotografía analógica, habitación de iluminación muy controlada donde se procesaba y trataba el material fotosensible antes de revelarlo y fijarlo. De hecho, era la habitación donde —a oscuras o con iluminación ortocromática— se revelaban los negativos de las películas y se hacían las copias de papel en la ampliadora.
También se llamaba "laboratorio", por lo que los profesionales especializados en las técnicas de laboratorio se conocían como laborantes.