
en artes gráficas, la máquina que corta el papel después de impreso y plegado para dejarlo en su tamaño final. Su elemento principal es una afilada cuchilla metálica, pero su complejidad varía desde las pequeñas guillotinas manuales que usan los encuadernadores artesanos o los fotógrafos, a las potentes guillotinas industriales situadas al final de la zona de plegado de una rotativa.

Cuando un documento va a llevar colores o fotografías hasta el mismo borde, se debe dejar un exceso de impresión de unos 3 mm. (llamado "sangre") para evitar que la imprecisión que pueda tener la guillotina al cortar, no deje una rebaba blanca.