Brocha
Pincel ancho, grueso o basto.
Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
Aviso: Este glosario está en una actualización interna importante. Durante algún tiempo algunos enlaces podrían no funcionar adecuadamente. Gracias por la paciencia.
Gustavo Sánchez Muñoz (Gusgsm), 2025
Nombre con el que se conoce a una serie de materiales planos que, basándose en la aplicación de diminutas cargas electricas a una estructura interna muy compleja, pueden alternar entre tono claros y oscuros en áreas muy reducidas.
El funcionamiento de la variante más usada en la actualidad de tinta electrónica (que es una tecnología patentada) se basa en unas partículas muy pequeñas rellenas de un líquido transparente. En ese fluido, flotan unas partículas de pigmentos: Las claras tienen carga positiva y las oscuras tienen carga negativa.
Debajo de las partículas, en la base, hay una serie de electrodos. Cuando envían una carga positiva, las partículas negativas son atraidas y las positivas repelidas, con lo que las partículas claras suben a la zona superior, que es la que ve el observador. Resultado: El papel se vuelve claro.
Cuando un electrodo envía una carga negativa, sucede lo contrario. Las partículas positivas (claras) son atraidas (bajan) y las de la misma carga negativa (recordemos que eran las oscuras) suben al ser repelidas. Resultado: En esa zona el papel se vuelve oscuro.
Especialidad fotográfica especializada en la medición y definición de las dimensiones físicas de objetos y espacio mediante el uso de fotografías. Se usa especialmente en la medición de terrenos para agrimensura y usos arqueológicos, militares o similares.
El recuadro de puntos de impresión necesario para formar un punto de semitono en una trama ordenada (AM).
En este tipo de tramas digitales, los puntos de impresión se agrupan en celdas que forman una trama concreta de puntos de semitono (que tendrán el aspecto determinado por la función de punto de semitono que se haya elegido).
El tamaño de cada celda de trama viene determinado por la resolución posible en puntos de impresión de un dispositivo y el número de niveles de tono que se desea lograr con una tinta. La combinación de ambos determina la lineatura de la trama en cuestión.
Las limitaciones tonales que presentan algunas lineaturas se intenta superar en algunos casos usando las llamadas "superceldas", en las que las formas y gradaciones de los semitonos se hacen teniendo en cuenta más de una celda (de ahí el nombre) para poder jugar con valores intermedios que de otro modo no serían posibles.
En español bajo este término se entienden dos conceptos históricamente muy distintos:
Concepto según el cual un usuario puede realizar por si mismo en su ordenador personal todas las tareas del proceso creativo impreso, desde la escritura del original a su encuadernación, pasando por la composición, maquetación, impresión y encuadernación. Aunque obviamente se refiere a documentos de distribución reducida, la autoedición fue un gran salto cualitativo ya que permitió prescindir de una serie de empresas y profesionales que hasta entonces eran imprescindibles si se quería obtener un resultado similar.
El concepto de autoedición nació hacia 1985 con la aparición del programa PageMaker de la empresa Aldus acompañado del lenguaje de descripción de página PostScript, de Adobe, y de los ordenadores personales Macintosh de la empresa Apple que, con sus impresoras láser Apple Laserwriter, formaban un conjunto de maquinaria y programación capaces de llevar a cabo la tarea.
La progresiva propagación de equipos y programas más avanzados y potentes cambiaron poco a poco el modelo productivo de artes gráficas en pocos años. Los ordenadores y programas de autoedición sustituyeron en las empresas de artes gráficas a soluciones profesionales anteriores menos flexibles y, sobre todo, con menor relación inversión/productividad. Esa sustitución no bastó para salvar el sector de preimpresión dedicado a esas tareas, que en buena parte desapareció al volverse innecesario o quedar relegado a trabajos de calidad de alto valor añadido, que no bastaron para sostenerlas económicamente.
El éxito de la autoedición dentro de los ámbitos profesionales del diseño y las artes gráficas terminó con el uso del término autoedición del mismo modo que nadie habla de automóviles con motor de combustión interna: Todos son de combustión interna y todos los programas son de autoedición.
La idea de autopublicación, de que un autor puede prescindir de una empresa editorial y realizar el proceso de publicación de su obra escrita por si mismo —incluyendo el proceso de autoedición descrito más arriba—.
Este concepto es muy antiguo: Los autores que no encontraban una editorial seria que afrontase el riesgo de editarlos, por el motivo que fuese, realizaban la tarea por si mismos: Contactaban con una imprenta, supervisaban la composición y corrección de los textos y pagaban directamente el coste de todas las tareas.
La moderna autopublicación va un paso más allá gracias a los avances tecnológicos y a los cambios sociales aparejados. Los antiguos canales de publicación se sustituyen por redes sociales electrónicas y tiendas virtuales. Las obras se pueden imprimir a demanda o distribuirse sólo en forma de libros digitales. La cadena de distribución se reduce y los materiales involucrados son menos y más baratos. Los costes e ingresos de venta por unidad se reducen. Esta reducción vuelve a representar la necesaria desaparición de profesiones y empresas involucradas hasta entonces.