Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
Aviso: Este glosario está en una actualización interna importante. Durante algún tiempo algunos enlaces podrían no funcionar adecuadamente. Gracias por la paciencia.
Programa creado por la empresa Aldus en los años 80 del siglo XX para la preparación de documentos con textos de formato complejo y multipágina. Fue uno el primer programa de maquetación visual en ordenador personal digno de tal nombre. Con los ordenadores Macintosh y la Impresora Laserwiter formó la vanguardia de lo que se llamó la autoedición.
Sus capacidades de composición eran bastante limitadas y su competidor más directo, Quark XPress las superaba muy ampliamente (había quien lo llamaba Pagebreaker).
Adobe lo compró en 1994 para hacerse con su amplia base de usuarios y terminó por abandonarlo en 2004 en favor de InDesign, que ya llevaba tiempo vendiendo y que tenía muchas más capacidades.
Inglés:Artist's proof • Francés: Épreuve d'essai, Épreuve d'artiste
En grabado artístico, cada una de las pruebas que va haciendo el artista para ir viendo cómo evoluciona su trabajo e ir decidiendo así sus siguientes acciones. Son pruebas inacabadas y únicas en su imperfección en las que se ve el progreso del proceso artístico.
Las letras "EA" que identifican una prueba de estado o de artista.
Suelen llevar alguna marca que las identifica como pruebas (las iniciales "P" y "E", por ejemplo o las letras "E A", "e a" o similares). En el caso de artistas cotizados pueden tener un precio elevado (si es que el artista las vende, lo que no ocurre siempre). Se supone que el número de estas pruebas de artista debe ser reducido pero esto depende del artista, del grabador y de otras circunstancias.
La parte de la memoria visual humana destinada a recordar los estímulos de color o, dicho de otro modo, nuestra capacidad de recordar las sensaciones de color para reconocerlas cuando volvemos a percibirlas.
Los colores concretos no se recuerdan como se percibieron sino de forma más simplificada (estas imágenes es un ejemplo metafórica, no una descripción realista)
La memoria del color del ser humano es más bien pobre. De hecho, parece que siempre existe una alteración entre el color real cuando se percibe y la sensación de color que se recuerda como percibida; es decir: No recordamos los colores tal y como los vemos.
Obviamente, los fenómenos de la percepción afectan directamente a la forma en la que recordamos lo que percibimos. Tampoco hay que confundir nuestra capacidad de recordar colores concretos con la de distinguir entre colores distintos de forma simultánea —que es bastante buena— o de forma discontinua; es decir, en momentos o espacios distinto, no a la vez y bajo la misma iluminación —que es bastante peor—.
Los estudios indican que parece haber alteraciones sistemáticas y constantes en la luminosidad e intensidad del color percibido (es decir, el brillo), pero que esto se produce mucho menos en el recuerdo del tono.
Algunos teóricos han propuesto que la memoria tiende a exagerar los valores recordados, llevando a recordar colores más vivos y brillantes —¿evitando así valores medios quizás más difíciles de recordar?—. Además, parece que, como en otras cosas, tendemos a reducir los recuerdos de color en torno a un conjunto de modelos prototípicos, asociables a formas y objetos concretos (por ejemplo: Como sabemos que las fresas son rojas, si algo parece una fresa, tenderemos a recordarlo como rojo).
La memoria del color parece realizarse por zonas de colores, en torno a la decena, que nos sirven para centrar nuestros recuerdos cromáticos, por lo que tendemos hacia ellos al intentar recordar.
Es obvio que la precisión de nuestros recuerdos de color no desempeñó un papel importante en nuestra supervivencia como especie y que, una vez más, ha sido mucho más útil para la supervivencia la reducción del mundo real a un conjunto no evidente de modelos que el cerebro consigue manejar.
Tendemos a asociar el color con su expresión verbal. Los colores que no tienen una expresión clara en nuestro idioma, tienden a reajustarse a los más fácilmente descriptibles. Si un color está asociado con una forma natural, es fácil que el recuerdo se traslade al que tiene usualmente la forma asociada. El recuerdo de un color difícilmente encajable con estos estereotipos decae más fácilmente que aquellos que sí se adaptan. El recuerdo tiende a los colores modelo más cercanos. Ese es especialmente el caso en sensaciones de color que no agradan al observador.
No hay que confundir la memoria del color con el papel que desempeña el color en la memorización de objetos, formas y personas. Esa es otra función: la del color en la memorización.