Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
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El proceso completo de oscilación de una onda, desde su posición o valor intermedios hasta regresar a esa posición o valor; pasando por sus fases negativa (descenso) y positiva (ascenso) (en realidad no es un desplazamiento espacial sino una variación en la intensidad de un campo). Relacionado con el tiempo y la distancia sirve para medir la longitud de onda y la frecuencia.
Defecto óptico en una lente que hace que sus zonas exteriores tengan planos focales con distancias distintas a las de las de la zona central (de hecho, el plano focal es más bien la superficie de una esfera, de ahí su nombre).
Diagrama de una aberración esférica.
Este defecto se puede corregir (como ocurrió, por ejemplo, con el telescopio Hubble).
Las pólizas de caracteres eran especialmente muy útiles antes de la autoedición ya que eran la manera más rápida de ver de un golpe todas las posibilidades que ofrecía una fuente y de las formas de sus componentes.
Hoy día siguen siendo útiles para ver si una fuente ofrecen todos los caracteres que se necesitan. Hay programas que las componen sobre la marcha y los programas de diseño suelen tener alguna forma de consultarlas (en Adobe InDesign o Illustrator por ejemplo, la paleta "Glifos"). Lo cierto es que con las fuentes OpenType algunas fuentes pueden tener unas pólizas realmente grandes, por lo cual su utilidad es cuestionable.
Lo más usual es que para hacerse una idea de una fuente basta con un pequeño texto de muestra sin sentido alguno (como "Hamburgerfontsviz 12369", por ejemplo) o con una parrafada como "Lorem ipsum".
Aquella parte del espectro electromágnetico, hablando en cuanto a longitudes de onda, a la que es sensible el ojo humano medio. Las emisiones electromágnéticas con una longitud de onda más reducida (del ultravioleta hacia abajo) o más amplia (del infrarrojo hacia arriba) no se consideran "luz". Esa zona se situa aproximadamente entre los 400 y 700 nanómetros de longitud de onda.
La luz es una parte muy reducida del espectro electromagnético.
De este modo, la luz, como el color, se define desde un punto de vista antropocéntrico por el efecto que produce en los seres humanos, aunque sea un fenómeno perfectamente medible y cuantificable (a diferencia del color).
En la naturaleza, las emisiones electromágnéticas a las que llamamos "luz" no se componen necesariamente de emisiones de una sóla longitud de onda, sino que se suelen componer de muchas emisiones de distintas longitudes a la vez.
Acabado que en imprenta se da a los impresos para protegerlos y armarlos, cubriendolos de una capa transparente. La capa protectora es una película plástica que se aplica sobre la superficie, a la que se pega —usualmente por aplicación de calor—. Este tipo de laminado protege mucho más que un barniz, sea del tipo que sea.
En buena ley, cuando se habla de laminado se suele estar haciendo referencia al plastificado y no al barnizado, que son técnicas distintas. De hecho, la aplicación de ambas técnicas a un mismo trabajo no es contradictoria; en tapas de libros y memorias de empresa, por ejemplo, las máscaras de barniz brillante se suelen aplicar sobre glasofonados mate.
Los plastificados pueden ser de diversos materiales plásticos —como el polipropileno—, distintos acabados —mate, satinado o brillante— y texturas —rugosa, simulando tejidos, etc.—. Se suelen aplicar sobre papeles o cartulinas no porosas ni rugosas, ya que estos acabados suelen producir defectos en forma de pequeñas burbujas y, además, su uso no tiene sentido al ir en contra de la finalidad última del laminado. No se pueden aplicar sobre papeles de poco gramaje —menor a 100 g/m2 aproximadamente—.
También se llama plastificado, peliculado o glasofonado —en el fondo, denominaciones distintas para una misma técnica—. Sin embargo, hay personas y empresas que hacen distinciones, por lo que siempre conviene concretar las especificaciones en los trabajos en los que se use.