Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
Aviso: Este glosario está en una actualización interna importante. Durante algún tiempo algunos enlaces podrían no funcionar adecuadamente. Gracias por la paciencia.
Plancha o lámina fina, de forma cuadrangular y con cierto tamaño (no se entiende por hoja un pedazo de papel pequeño —una tarjeta— o de bordes irregulares, por ejemplo). Por definición, una hoja tiene siempre dos lados.
En artes gráficas, la expresión "hoja" se refiere casi siempre a una hoja de papel. Materiales más sólidos o gruesos pueden definirse también como "hojas"; por ejemplo: "una hoja de cartulina" (aunque las más de las veces se prescinde de "hoja" para decir "una cartulina"). Con materiales más gruesos, como el cartón o el corcho blanco, se suele decir "plancha" (una plancha de cartón, dos planchas de corcho blanco, etc.).
En lenguaje corriente, la distinción entre hoja y página es poco clara: Una hoja de papel puede tener dos páginas (una en cada cara), pero los usuarios pueden decir que es "una página con dos caras" en vez de "una hoja de dos páginas", aunque cada una tenga una numeración distinta. Para complicar aún más las cosas, una hoja de papel puede ir doblada por en medio para formar cuatro páginas. De hecho, un cuadernillo de 16 páginas puede (y suele) estar formado por una sola hoja de papel, plegada y cortada.
Por eso, en caso de duda, conviene especificar siempre si se está hablando de hojas o páginas (caras), aunque el uso en artes gráficas sea claro.
Inglés:Dry offset, Letterset, Waterless printing • Francés:Offset à sec, Offset sans mouillage • Alemán:Trockenoffset, Wasserloser offsetdruck • Portugués:Offset sem água
Procesimiento de impresión comercial que combina las técnicas de la litografía offset y la tipografía convencional. En el offset seco, la plancha que recibe la tinta tiene un poco de relieve (como en tipografía). Al girar, la plancha transmite la tinta a la mantilla, de donde pasa al medio que se va a imprimir. El adjetivo de "seco" proviene de que la plancha no se humedece, al contrario que en el caso de la litografía offset.
El proceso fue desarrollado en los Estados Unidos para la impresión parcial de cheques y sellos postales.
Al hablar de imágenes digitales, la resolución suficiente para su óptima reproducción. Es un concepto relativo ya que depende del tamaño al que se pretende reproducir una imagen. Una imagen es de baja resolución si se quiere reproducir muy grande y es de alta resolución si su tamaño de reproducción es pequeño.
Las resoluciones altas y bajas son una relación entre datos disponibles y necesarios.
En imprenta, la idea básica, es que haya como mínimo un píxel por punto de trama al habla de tramas ordenadas (más allá de dos píxeles por punto de trama es innecesario y se desperdicia memoria y capacidad de procesamiento).
La resolución necesaria es la lineatura multiplicada por la raiz cuadrada de dos.
Según esto, la cantidad máxima de píxeles necesarios por puntos de trama es la lineatura dispuesta en ángulo de 45º, que coincide habitualmente con la trama del negro. Como la diagonal de un cuadrado es el valor de un lado multiplicado por la raiz cuadrada de dos, eso quiere decir que la resolución necesaria será la lineatura multiplicada por 1,41 (o 1,5 redondeando mucho).
Así, por ejemplo, una lineatura de 150 lpi necesita imágenes de unos 220 ppp (150 × 1,41 = 211 y 150 × 1,5 = 225).
El problema es que esos valores son muy ajustados y, si hace falta ampliar una imagen algo más, los datos empezarán a ser insuficientes. Por eso es costumbre pedir algo más de la resolución necesaria, para tener margen.
¿Cuál es el tamaño máximo para imprimir esta imagen a 150 lpp?
En la imagen superior se puede ver un ejemplo más concreto: Una imagen de 10 cm de lado que tiene 100 ppp de resolución. Si queremos imprimirla con una lineatura de 150 lpp, ¿cuál será el tamaño máximo al que podremos ponerla? (es decir: ¿Hasta qué tamaño podemos considerarla de alta resolución?).
Respuesta: Si la imagen tiene 100 ppp y 4 pulgadas de tamaño (unos 10 cm.), hay unos 400 píxeles de lado. Si la lineatura deseada es 150 lpp, la resolución óptima mínima es 211 ppp. Si dividimos los píxeles disponibles (400) por los píxeles necesarios (211), eso nos da la distancia disponible para cubrir; es decir: 1,8 pulgadas (unos 4,5 cm.).
Lo dicho más arriba se aplica para las imágenes de más de 1 bit. Para las imágenes de 1 bit o "de línea", la resolución óptima está entre 800 ppp y 1.200 ppp al 100% de tamaño deseado.
Así, por ejemplo, una imagen de línea de 2.000 ppp y 2,5 cm de tamaño (una pulgada aprox.) puede reproducir como alta resolución (800 ppp) hasta a un máximo de dos pulgadas y media (unos 6,35 cm.).
Cualquier valor por encima de los valores calculados aquí son sólo derroche de tiempo de proceso que no resultan en mejor calidad.
En fotografía analógica, el equivalente de alta resolución era "alta definición", expresión que se usaba para imágenes que contenían un gran nivel de detalle. Obviamente esta es una apreciación relativa que depende del detalle usual en un tipo de fotografías dado.
Algo definido con valores numéricos usando algún modelo o sistema matemático (como por ejemplo, la numeración binaria).
Pese a la creencia popular, la codificación digital de la información no es necesariamente mejor o peor que la analógica. la calidad de ambas depende de la precisión del método seguido para la captura, codificación y mantenimiento de los datos.
Los métodos digitales suelen permitir descomponer los datos en piezas reducidas y aisladas muy fáciles de transmitir, guardar y reconstruir. Pero si los diseñadores de un procedimiento o formato de almacenamiento no fueron muy cuidadosos, la pérdida de una parte de los datos puede causar la perdida del conjunto total por lo que se denomina "corrupción" de datos.
Bien aplicada, la codificación digital de la información (no necesariamente binaria) tiene la ventaja frente a la analógica de que es más difícil que se degrade en comparación con los métodos analógicos. Esto se debe a que permite incluir sistemas y métodos de redundancia, verificación y autocomprobación (checksum por ejemplo).
Por el contrario, uno de los principales problemas que tiene la codificación digital es la cuantización que aparece cuando la complejidad del método elegido no hace justicia a la complejidad de los datos que se almacenan. Los métodos digitales, como los analógicos, no conservan aquellos datos cuya inclusión no se haya contemplado.
Además, una de las ventajas de los sistemas digitales de almacenamiento de la información es que permite muchos métodos de su encriptación o cifrado.