En los oficios tradicionales relacionados con las artes gráficas, la persona que estaba aprendiendo y aún no era considerado un profesional del mismo.
Era el nivel más bajo del sistema laboral. Se comenzaba como aprendiz y, si se demostraban cualidades, se iba progresando hasta llegar a rangos superiores (como maestro, oficial de primera o denominaciones similares).
Este sistema se empleaba sobre todo en los talleres de imprenta y preimpresión (aprendiz de impresor, por ejemplo), no en las redacciones o editoriales que se consideraban más intelectuales.
La categoría actual que más se acerca, al menos en España, es "becario".